Pero la baja temperatura, bloqueaba las
posibles respuestas ansiadas con desesperación...
Mientras en su cabeza se libraba una
batalla, a lo lejos divisaba la sincronización perfecta de esa angelical
voz. Que constantemente lo guiaba en toda aventura, provocando esperanza
en lo ya casi perdido.
Sin embargo esta vez entonaba melodías de
auxilio, podía apreciarse la angustia por medio de una terrible empatía. Pedía
ayuda con aflicción...
Decía que tenía los pulmones congelados,
que su corazón hervía como el trueno que Zeus lanzo al monte Otris. Que su vida
estaba cerca del fin.
La mujer de la melodía del paraíso,
enloquecía a la par con el tiempo...
- Tengo que ir por ella. Decía un joven
demacrado por la soledad.
Se levanto y se puso de pie.
No había nadie al rededor, y de repente ya
no había palabras para seguir ni acariciar. Pero la aparente calma solo era un
maquillaje, de un momento a otro sintió una sombra que lo observaba, los
arbustos se movían, y se escuchaba algo haciendo un alboroto a velocidad
extrema.
-¿Sera un perro?
-Pregunto
-No lo creo, yo soy el único capaz de
estar en un logar como este.
-¿El ángel de mis ojos?
-Es tan delicada y preciosa que no la
imagino correr con tanta agresividad."Sentimiento y razón, hablaron con
valor"
La curiosidad lo venció...
Comenzó a ir tras la sombra misteriosa y
veloz que rondaba el lugar...
En un comienzo, el paso que el posible
animal imponía, fue impresionante e imposible de sostener.
Ya habían pasado más de treinta minutos y no
lograba alcanzarla, pero ese era el menor de los problemas, pues, se percato
una vez más de esa característica voz de ángel, que de inmediato la
identificaba con la chica que el tanto amaba.
-¡Se dirige a ella! grito.
Adelanto el paso, y la emoción, la
situación, y las palabras que habían regresado, más la agresividad de la
sombra, elevaban de manera alarmante el nivel de intensidad.
La sombra, como un demonio sacado de las
películas de terror más impactantes, saltaba entre los arboles con una fuerza
que hacia estremecer el mismísimo cielo.
Se alejo completamente de su vista. y ya
no la podía ver...
Las palabras de socorro y amor, volvieron
a desaparecer, la frustración lo inundaba, y se doblegaba con el estrés y
cansancio que sentía. No le quedo más remedio que continuar caminando...
Cuando llego a un sendero un tanto
peculiar, supo que había llegado, era sereno y se sentía paz pero, lo que vio
lo hizo sentirse diferente una vez más.
Era la mujer que amaba.
Estaba con otro chico al que solo se le
veía la espalda.
-¡La maldita sombra! Pensó con impotencia.
Nuevamente no sabía qué hacer, quería
llorar, gritar, golpear todo lo que se le atravesara, y todo a la vez, pero
opto por mirar cómo se besaban.
Una vez más la curiosidad gano...
Una vez más la curiosidad gano...
Cayo de rodillas, golpeaba el suelo una y
otra vez, y se sentía más decepcionado que nunca.
Iría a suicidarse...
Busco el precipicio más cercano, y una vez
allí, levanto la vista hacia el universo, se dijo:
-¿Qué debo hacer? -Los dioses parecieron
no escucharle.
Sintiéndose abatido, ignorado y sin amor,
se lanzo...
-¡Detente!
-¡Detente!
-¡¿Qué pasa?!
Abrió los ojos, la alegría se expresaba en
gotas de agua salada, pues contemplaba ese bello rostro que le recordaba el paraíso
aun así no lo conociera, era ella, la Venus de sus ojos, llevaba una sonrisa de
oreja a oreja que reflejaba un atardecer, se veía más dulce que nunca.
Le gritaba que se detuviera, porque lo
había escuchado hablar dormido durante el hábito que tenia de espulgar el
cabello de su enamorado. Atónito, la abrazo tan fuerte que casi le rompe
las costillas, y sin que antes pudiera decir una sola palabra, ella dijo...
-Te perdono...
-Amor, no era yo, no quería... no fue mi
intención...
Semanas antes la había engañado con otra
mujer.
"Se desearon hasta más no
poder".
© Cristian Hernando Sanchez Pinzon, es el único y verdadero autor de, http://icogitatio.blogspot.com/
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Entre imaginación y ficción, la historia se pierde junto a la zozobra relatada. +
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